
Esta sopa cremosa de frijoles blancos y tomates rostizados es una de las sopas más deliciosas que puedes preparar. Es cremosa, con un toque picante y un sabor ahumado. Es, sinceramente, una delicia al paladar.
Ayer se celebró la Pascua judía y una amiga me pidió que le preparara esta sopa para la cena, lo que me hizo muy feliz. Este platillo le fascina. Me contó que le recuerda a uno que le preparaba su mamá cuando ella era una niña.
Me gustó prepararlo para ella. Si bien no puedo replicar el platillo exacto que hacía su mamá, dar un poco de felicidad a alguien cercano durante estos días de confinamiento hizo que esta preparación fuera incluso más especial.
Así que preparé la receta doble y nos quedó un poco para la cena de hoy, porque se pone mejor con los días.

¿Por qué comer frijoles blancos?
Los frijoles blancos son uno de esos alimentos llenos de nutrientes. Además, su sabor suave los hace muy versátiles, lo que te permite combinarlos con muchos otros sabores, convirtiéndolos en una alternativa muy práctica.
Estos granos son ideales para prepararlos guisados o en sopa, ya que obtendrás un guiso cremoso sin la necesidad de añadir cremas ni otros ingredientes espesantes.
Los frijoles blancos, como otras legumbres, son uno de los ingredientes “plant-based” más ricos en proteína y no contienen grasas. Estas dos características los hacen una buena alternativa para una dieta balanceada. Y, como la mayoría de las legumbres, son de bajo costo.
También contienen calcio, hierro, vitamina B9, magnesio, potasio y mucha, mucha fibra. Además, los consigues en dos presentaciones: granos secos o enlatados, lo que los hace estar disponibles durante todo el año.
Notas sobre esta receta

Esta receta es fácil de hacer con ingredientes que son comunes en la despensa. Además, puedes sustituir muchos de ellos, ya que es muy flexible. Puedes sustituir los frijoles blancos por frijoles de punto negro (black-eyed peas) o por garbanzos, y quedará igualmente deliciosa.
Los tomates cherry rostizados con una cantidad generosa de aceite de oliva obtienen una caramelización que realza su sabor dulce, al mismo tiempo que añaden frescura a la preparación con un toque de acidez propia de los tomates. Puedes seguir las indicaciones de la receta, o usar una lata de tomates rostizados (fire roasted tomatoes), o esta otra receta para preparar tomates asados, o simplemente añadirle tomates frescos. Pero te aseguro que si los horneas, intensificarás los sabores y, por lo tanto, obtendrás una sopa más deliciosa.
También puedes añadir un poco de hojas verdes a esta preparación (aunque es deliciosa tal cual), pero si tienes espinacas, acelga o col rizada, puedes añadirlas al final y darles una cocción breve.
Puedes servirla con crutones, pan tostado o incluso pan pita. Esto lo hará aún más reconfortante.
Este platillo es vegano, pero si el veganismo no es lo tuyo, puedes añadirle un poco de queso parmesano al momento de servir.
Ahora sí, vamos a la receta. Te prometo que esta sopa cremosa de frijoles blancos te va a encantar.
Demasiado deliciosa! Voy a hacerla
Gracias bellísima
Muchas gracias, Yubi. Espero que la disfrutes. Me vas contando! ❤️