
Cuando niña estaba obsesionada con comer avena. Recuerdo que fue una de las primeras cosas que aprendí a hacer en la cocina. A veces, por las tardes, me encantaba sentarme a comer una taza (tamaño industrial) de avena.
Era de las cosas que más me gustaban. Pero recuerdo que me gustaba muy espesa y muy pero muy dulce. Y no es diferente hoy día. Me gusta que la avena sea cremosa, bien cocida y dulce. Admiro a aquellas personas que pueden comerse la avena sin endulzar, pero yo no soy una de ellas.
Lo cierto es que con el tiempo he aprendido a preparar la avena como me gusta y sin azúcar refinadas añadidas. Y esta receta de avena con compota de arándanos es de mis combinaciones favoritas. Es super cremosa, tiene las proporciones perfectas de líquidos y, además, la dulzura de la compota de arándanos está en su punto.
La avena perfecta…

Se lo que estás pensando, la avena perfecta no existe. Depende de los gusto de cada quien. Y, si, tienes toda la razón. Las hay para todos los gustos. Pero les prometía que algunos cambios aquí y allá en la forma en que preparáis la avena les dará un toque estupendo.
Añade algunos cítricos: La combinación de avena y ralladura de limón es una de mis combinaciones favoritas. Es aromático, le da un balance perfecto y da un toque sorpresa a tu preparación. Puedes también experimentar con otro tipo de cítricos, como la naranja. Chequea esta receta de avena con mermelada de naranja y chía que también me fascina.
Añade una pizca de sal: La sal, incluso en preparaciones dulces, realza todos los sabores. Así que una pizca de sal en la avena va a hacer que todos los sabores brillen.
Añade suficientes líquidos: Unos de los errores mas comunes al preparar avenas es no añadir suficientes líquidos a la preparación. Lo que resulta en una avena poco cocida, con una hojuela que no está hidratada y que terminará muy dura y pastosa.
Notas sobre la compota
Otra de las razones por las que me encanta esta avena con compota de arándanos. Es la compota. Definitivamente tu puedes dejarla cocinar tanto como quieras, hacer los arándanos puré. Pero a mi me gusta dejarlos enteros.
Así, no solo añades sabor, si no también textura. Son como pequeñas bombas de jugo que explotan en tu boca con cada bocado.